Hace
poco se llevó a cabo una reunión del C40, organización que busca generar
acciones en favor del planeta para contrarrestar los cambios climáticos que han
azotado al mundo entero desde hace varios años.
El
C40 está formado un grupo de alcaldes, todos ellos líderes de ciudades
importantes, fundado en octubre de 2005 por 18 dirigentes reunidos en Londres
con el propósito de aunar esfuerzos que ayuden a disminuir el cambio climático
a nivel mundial y luchar contra el calentamiento global.
Incluso
la ONU ha creado un plan a futuro ―2030― y una agenda de desarrollo sustentable
que permita generar un cambio sensible en la forma de pensar en los habitantes
del orbe.
México
ha sido un actor participativo en esta temática, al formar parte activa en la
consolidación de la nueva “Agenda de Desarrollo post 2015”, colaborando en 2013
y 2014 en las consultas y negociaciones realizadas por el Grupo de Trabajo
Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(GTA-ODS), el cual generó un informe final que contiene la propuesta de ODS y
que por acuerdo de la Asamblea General de Naciones Unidas será la base
principal para integrar la nueva Agenda de Desarrollo.
Sobre
estas acciones, el sector inmobiliario debería preocuparse por el planeta con la
construcción de nuevos corporativos amigables con el medio ambiente.
Cada
día, empresas responsables dentro de este ámbito se dan a la tarea de crear complejos
inmobiliarios sustentables. Nuevos edificios se erigen, no solo como pilares de
modernidad, sino como entes reales de protección al medio ambiente.
De
esta forma se han creado edificios enarbolando el color verde, por así decirlo,
ya que cada vez más empresas dentro del sector
inmobiliario se preocupan por crear construcciones que cumplan con funciones
específicas sin comprometer el funcionamiento de otras. Es decir, se integran
ecotecnologías y estrategias orientadas a la protección ambiental.
Es
importante mencionar que para que un edificio lo podamos considerar como verde
no basta con colocar focos ahorradores o llenar de plantas la azotea así como
sus fachadas, es un buen principio, no cabe duda, pero no es suficiente. Un
edificio verde integra distintas técnicas y estrategias tanto en su
construcción como en su funcionamiento final.
Edificios
como Capital Reforma o Arcos Bosques, además de muchos ejemplos más repartidos
en toda la ciudad, integran medidas que buscan ser amigables con el medio
ambiente, todo con la finalidad de lograr un desarrollo inmobiliario ecológico
que extienda la vida de nuestro amado planeta.
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